Todo ocurrió la noche del 8 de agosto cuando De Oliveira se citó con el remero brasileño Pedro Gonçalves en la habitación de la Villa Olímpica que la deportista comparte con su pareja de salto,Giovanna Pedrosa.
Para dar rienda suelta a su pasión, De Oliveira pidió a Pedrosa que abandonase la habitación, a lo que la saltadora se negó en un principio aduciendo la necesidad de descansar para afrontar en el mejor estado físico posible la competición al día siguiente.
Tras ceder finalmente a la insistencia de De Oliveira, la pareja tuvo su rato de intimidad que se alargó hasta convirtirse en una noche “maratoniana y apasionada de sexo” la víspera de su participación en los Juegos Olímpicos, según el diario brasileño O Globo.
Las consecuencias se hicieron sentir en la serie de clasificiación, donde la pareja quedó en última posición pese a que en un principio eran favoritas a medalla.
Tras el fracaso, Pedrosa relató lo ocurrido al Comité Olímpico de Brasil, que tras conocer los detalles expulsó a De Oliveira de la Villa Olímpica, aunque luego rescindió esa decisión.
En sus declariones a O Globo, Pedrosa relató cómo tuvo que deambular fuera de la habitación esperando que los amantes dieran por terminada su sesión sexual.
“Hemos estado esperando durante cuatro años para estar presentes en los Juegos Olímpicos, pero para ella era mejor divertirse y, por tanto, me echó de la habitación”, expresó Pedrosa, quien también aseguró que la relación con su excompañera está rota.
“He hablado con mi entrenador y tras los Juegos Olímpicos me centraré en mi persona. Así no tendré la necesidad de depender de nadie”, agregó.
De Oliveira confirmó la ruptura con su compañera. “Dejamos atrás las diferencias y hablamos con normalidad, pero a partir de hoy no voy a competir en salto sincronizado con ella”.