Enrique Iglesias hace un repaso a trayectoria de más de dos décadas en la música en la que aborda con mucha naturalidad los problemas de la fama y la experiencia de crecer en una familia de estrellas.
“Vi la fama de cerca, vi las cosas buenas y las cosas negativas de la fama”, admite el cantante de 40 años durante su infancia y adolescencia viviendo a la sombra de su padre, el legendario Julio Iglesias.
Una de las lecciones más valiosas que ha aprendido es disfrutar el momento. “Me encanta Miami porque me he criado aquí y mis amigos están aquí desde la infancia”, dice Iglesias, quien explica que a veces comparte en sus horas libres con su amigo Pitbull, otra estrella del sur de la Florida.
“El mar para mí es importantísimo. No creo que pudiera vivir en una ciudad que no estuviera cerca del mar o en la costa”, añade el cantante, a quien se ve a menudo paseando en barco con su novia, la tenista Anna Kournikova.
Según Iglesias, viajar ya está en su ADN y no le importa actuar en lugares complicados. “He cantando en Turquía varias veces. Turquía hoy está pasando por un momento muy difícil. Hay una gran parte de artistas que han cancelado las giras que tenían por ese lado del mundo. Para nosotros es importante poder seguir visitando esos sitios mientras no haya ningún peligro”, resalta.
“Lo que le digo a mi banda es que hasta en la casa puedo haber peligro. De eso vivimos, eso es lo que hacemos. Viajar por todo el mundo y poder ir a un sitio como Turquía en un momento tan difícil y poder dar un concierto para mí es algo importante. Es un país que ahora mismo lo que necesita es atención por lo positivo y no lo negativo”, agregó.