Sacerdote firmante de carta dirigida a Raúl Castro hace alarmante advertencia

“No van a meternos presos o fusilarnos por la carta. Pero sabemos que nos pueden jugar una mala pasada”. Esta advertencia fue emitida por el sacerdote católico Castor José Álvarez Devesa quien junto a los padres José Conrado Rodríguez y Roque Nelvis Morales es firmante de una carta enviada al dictador Raúl Castro, contentiva de reclamos sobre la falta de libertades e irrespeto a los más elementales derechos que padece el pueblo cubano.              Las declaraciones del padre Álvarez al semanario católico de información Alfa y Omega son bien precisas cuando aclara que tanto él como los padres José Conrado y Nelvis Morales, pueden “acabar muriendo [por esa acción] en un accidente de coche o porque te enfermen. O acabar en la cárcel porque te pongan material pornográfico en casa y te juzguen por ello”.

La denuncia, que para los desconocedores de los métodos empleados en un sistema totalitario como el de Cuba, puede parecer exagerada, constituye sin embargo una hipótesis basada en el ejemplo de lo ocurrido con algunas voces disidentes en la isla.

Lo demuestran los casos de Orlando Zapata Tamayo, muerto en la cárcel por negación de asistencia médica tras una prolongada huelga de hambre; Oswaldo Payá Sardiñas, fallecido en un enrevesado sucedo que el régimen se niega a investigar y que reseña como un accidente automovilístico, y el caso de la líder fundadora del grupo opositor Damas de Blanco, Laura Pollán, quien no sobrevivió tras ser hospitalizada.

Sobre la referida misiva, tanto el padre Álvarez como el padre José Conrado, en entrevistas concedidas a los medios, han dicho que tras esas letras están muchos sacerdotes del país, de todas las diócesis, y que esas ideas han sido debatidas cuando realizan sus encuentros para orar y reflexionar.

Los primeros impactos de la carta se sintieron en Miami, ciudad donde se concentra una gran comunidad de exiliados cubanos y donde el sentir de las vicisitudes que se padecen en las isla está muy latente.

Posterior a las múltiples reacciones que tuviera la carta, acerca de la cual el Gobierno de la isla nunca ha emitido opinión alguna, a principios de febrero el cardenal Pietro Parolin, secretario del Estado Vaticano, tuvo a bien recibir en audiencia a los tres líderes religiosos que asumieron la responsabilidad moral de hablar en nombre de los derechos negados a los cubanos. Ese hecho sin dudas, ha contribuido a la repercusión del contenido del documento.

Sin embargo, el padre Álvarez también hizo notar en sus declaraciones a la publicación Alfa y Omega la importancia de que voces como la suya se escuchen en Europa, teniendo en cuenta que en el más reciente informe de la Unión Europea sobre derechos humanos, al referirse a Cuba, la describe como “una democracia de partido único”.

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