El semáforo es quizás el ordenador del tránsito más importante de todas las señales viales que en el último siglo fueron incorporándose para hacer más sencilla y segura la convivencia entre automovilistas, motociclistas, camioneros y peatones. El agrupamiento de los colores rojo, amarillo y verde son sinónimo de él, y si bien existen varias versiones acerca de su origen, lo cierto es que ya lleva 100 años de existencia.
Para ser realmente justos, hay que decir que un sistema de luces para indicaciones de prioridades de movimientos fue usado por primera vez en la industria ferroviaria. Pero cuando los autos propulsados por motor empezaron a reemplazar a los carros con tracción a sangre, apareció la necesidad de llevar a las calles lo que ya llevaba varias décadas en las vías.