“[Este crimen es una ] detención ilegal y asesinato” se dijo sobre el caso que se mantiene bajo secreto de sumario mientras la mujer permanece en un calabozo de Almería. “La autopsia, al día siguiente, nos revela que la muerte se produjo el día 27, el día de la desaparición, y que la causa es la asfixia”.
Según lo explicado, el niño fue visto por última vez hacia las 3:30 p.m. cuando fue a jugar con sus primos. Hacia las 6:30 del mismo día, cuando su abuela veía que el niño no venía a cenar fue a preguntar por él con los vecinos, sin encontrarlo. Ahí se dispararon las alarmas y comenzó la búsqueda de “Pescaíto” como llamaban de cariño al niño y que mantuvo en vilo al público español.
Tras una estratégica maniobra de la policía, se logró despistar a Quezada, quien el fin de semana pasado desenterró el cuerpo del niño del jardin de una finca propiedad de la familia. Posteriormente la mujer fue arrestada y finalmente confesó su crimen.
La acusada rindió su declaración este mismo jueves y ahora permanece encerrada sin derecho a fianza por la gravedad del delito, la posible eliminación de pruebas y riesgo a la fuga, según informó la agencia EFE.
Por otra parte, se dijo que el niño fue sepultado en una ceremonia privada en un pequeño cementerio de la localidad de Fernán Pérez, en el Parque Natural del Cabo de Gata. Sin embargo, un juez ordenó que sus restos no fuesen cremados, en caso de que la asesina confesa, o “la bruja” como ahora la llaman, no colaborara con la investigación.
Que en paz descanse.