El sueldo como gerente de nivel medio del Aeropuerto Internacional de Miami no explicaba el alto nivel de vida de Iván Valdés ,quien tenía un Porsche 911 valorado en 69.000 dólares, vestía trajes caros y viajaba por todo el mundo sin reparar en gastos.
Pese a que en un primer momento su jefe sospechó que Valdés podría estar desempeñándose como cantante ya que de adolescente tuvo un grupo de música, la verdad es que el trabajador del aeropuerto de Miami financiaba su lujosa vida gracias a una cadena de fraude que había orquestado aprovechando su trabajo en el aeropuerto.
Desde 2010 Valdés fue encargado de modernizar la iluminación del aeropuerto y se encargó de 20 compras mayoristas de luces LED. Así Valdés logró defraudar más de 5 millones de dólares por pagos excesivos por lámparas de LED.
La compañía Global Electrical & Lighting Supplies, dirigida por su amigo Rolando Pérez, era la que pagaba sobornos a Valdés. Por su parte, Global Electric compraba los focos a otra compañía, Municipal Lighting Systems, que daba cotizaciones infladas a los competidores de Global para impedirles que generaran otros contratos con el aeropuerto.
Aunque existen evidencias de que la estafa pudo ser conocida en el año 2013 ,no fue hasta un año después cuando la Fiscalía comenzó la investigación. Según documentos policiales José, el gerente de aeropuerto, ocultó la estafa después de aceptar “una caja llena de efectivo” por parte de Valdés.
No obstante, el pago fue desmentido por el abogado de José quien declaró que el gerente no aceptó el negocio que le ofrecía su subordinado.
Por su parte, José declaró al Miami Herald que había informado a “las autoridades pertinentes” pero dijo no recordar detalles. Sin embargo, ni la Fiscalía ni la Oficina del Inspector General de Miami-Dade tienen constancia de haber recibido denuncia alguna por parte del gerente del aeropuerto.