Artistas como Madonna o Lady Gaga no son las únicas con exigencias extravagantes a la hora de actuar en cualquier ciudad. La cantante estadounidense Beyoncé hace gala de su condición de diva mundial con exigencias como la de disponer de tres camerinos para el concierto que ofrecerá en San Juan ante sus seguidores puertorriqueños el próximo sábado en el Coliseo José Miguel Agrelot.
Según la artista, uno de los espacios está destinado a su descanso, el segundo al maquillaje y el tercero se dedicará al cuidado de su hija, Blue Ivy, fruto de su relación con el productor y cantante Jay Z. Pero eso no es todo. Las tres áreas deben estar cubiertas con telas de terciopelo blanco o cortinas blancas desde el suelo al techo, mientras que el suelo deberá estar cubierto con alfombra negra. Y, por supuesto, las habitaciones deben tener sofás nuevos de color blanco, cajas de pañuelos cuadradas (no ovaladas), velas con aroma a limón, albahaca o mandarina de la marca Jo Malone y mesas auxiliares también de color blanco.
Pero ahí no queda todo. Dentro de las excentricidades de la cantante, Beyoncé exige que el camerino cuente con dos palmeras de la especie kentia de ocho pies de altura con base en tiestos blancos y un arreglo de mesa de orquídeas blancas dentro de un jarrón transparente o blanco.
En cuanto a la comida, la diva debe tener a su alcance pan de hogaza integral, jugo de manzana de las marcas Knudsen o Martinellis y botellas de agua San Pellegrino en cristal. La lista continúa con ensalada de atún con cebolletas, aceitunas rellenas de jalapeño o salsa de tabasco, entre otras demandas.