La folclórica presenta ‘Hasta que se apague el sol’, el álbum que empezó a grabar con Juan Gabriel antes de su paso por la cárcel.
Dos años y 23 días después de su última actuación, y tras su paso por la cárcel, Isabel Pantoja volvió a subirse anoche a un escenario. Fue en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez, con motivo de la presentación de su disco Hasta que se apague el sol (Universal), escrito y producido por el músico mexicano Juan Gabriel,que falleció el pasado mes de agosto antes de ver publicado este trabajo.
“Sigo estando aquí”. Fueron las primeras palabras de la folclórica en su vuelta a los escenarios, en un recital con orquesta de 83 músicos, acorde al ropaje sonoro que concibió Juan Gabriel para el disco. A él dedicó Pantoja su regreso en el vídeo en el que ella respondía a las preguntas que le dejó formuladas su socio musical con vistas a la promoción. “No quiero que se lance mi disco sin antes, con mi corazón y con mi alma, dar las gracias a ti Juan Gabriel”. “Voy a seguir luchando”, le prometió, tras lamentar no haber podido decírselo en persona.
En las únicas declaraciones (grabadas) de la noche, Pantoja respondió a Alberto (nombre real de Juan Gabriel) sobre los temas más peregrinos, como la luna (“a través de ella he recibido muchos besos, cariño, abrazos. Solamente con mirarla me emociona”) o sobre cuantas Pantojas hay (“Cada persona o medio de comunicación, que me conoce o me admira, tiene una imagen mía, pero Isabel Pantoja sólo hay una”). En cuanto a la actuación, se limitó a agradecer los gritos de “¡Guapa!”, “¡Isabel, Isabel!” o “¡Viva la madre que te parió!” y a realizar una promesa al final de la actuación: “Hasta que se apague el sol. Hasta entonces estaremos con vosotros”.
Así que la principal fuente para saber la situación por la que pasa actualmente la cantante tras su paso en prisión es este álbum. Un disco, como ya se ha dicho, dedicado a Juan Gabriel (“Mi querido Alberto: fue un placer conocerte. Así fue y será nuestro Amor Eterno. Te quiero con Amor del Alma y estarás siempre en mi mente. Hasta que se apague el sol, tu comadre y amiga, Isabel”) y a su madre, a la que dedica la canciónTe lo pido por favor.
Hasta que se apague el sol comenzó a grabarse antes de la entrada de la folklórica en prisión, condenada a dos años por blanqueo de capitales durante su relación con el ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz. Y aunque hay momentos de desgarro, como en Luna o Dímelo, lo que manda es la celebración mexicana de Juan Gabriel, con mezclas imposibles de tango y chachachá (Por la señal de la cruz) o de bolero, bandoneón argentino y ritmos flamenquitos (Hasta que te conocí). Todo ello, con abundancia de arreglos orquestales de épica hollywoodiense. Por haber, hay pop mariachi (Hasta que se apague el sol), una reinterpretación del Se me olvidó otra vez que popularizasen Maná y hasta un funky discotequero en plan El Puma (Debo hacerlo), en el que su hijo, Kiko Rivera, rapea lo siguiente: “Ay, mi gente, se me antoja. / Estilo hermoso que canta mi Pantoja. / Y esta rola con tanta pasión / Juan Gabriel la hizo y le salió del corazón. / Y esta frase, tan hermosa, / mi mamá la canta y la hace más famosa. / Debo hacerlo todo con amor, Kiko Rivera. / Debo hacerlo porque te quiero, mamá. / Todo con amor. Y así soy yo“.
En cuanto a las letras que canta ella, el juego a la interpretación parece más reducido. Hay quejas sobre el paso del tiempo (“Abrázame, que el tiempo pasa y él nunca perdona, / hace estragos en mi gente como en mi persona. / Abrázame, que el tiempo es malo y muy cruel amigo (…) / Abrázame que el tiempo hiere y el cielo es testigo”) en Abrázame muy fuerte y sobre la soledad (“Ay, qué soledad. / Porque es que más no puedo, / no es bueno, no debo, / ni quiero ya más soledad”) en Debo hacerlo. Si acaso, la letra con más posibles lecturas podría ser Ahora que te vas, donde alguno verá un recado a esa relación amorosa que terminó en un juicio: “Tú crees que no es verdad, / pero esta vez va en serio. / No habrá más cautiverio, / es tu último adiós”, arranca. Y luego sigue: “Y piensa que a ésa que escuchas en la radio, / sólo le diste un cruel calvario / y un amor infiel lleno de heridas. / Piensa que fuiste un mal agradecido, / mal amante, mal amigo / y un profesional de la mentira”.